¿Has escuchado hablar de las barreras mentales en el deporte? ¿Son una leyenda o existe de verdad? Es lo que vamos a analizar hoy en este post. Si eres deportista, da igual que profesional o amateur, creemos que estas nuevas líneas de nuestro blog te interesan. ¡Y mucho! Así que te recomendamos que no te las pierdas.
No solo nos apasiona el deporte, sino también todo lo que tiene que ver con el entrenamiento y el progreso. Con las técnicas más eficaces para evitar estancamientos y permitir sacar todo el provecho a nuestros entrenamientos. No en vano, no hace mucho que, por ejemplo, ya os hablamos de los errores durante el entrenamiento que impiden nuestro progreso más habituales. También te recomendamos esa lectura.
Pero hoy no vamos a centrarnos sobre si un ejercicio no es eficaz o sobre si nuestros entrenamientos no son de calidad. En esta ocasión, nos vamos a centrar en un elemento que puede convertirse en nuestro peor enemigo: nuestro cerebro.
Conoce las barreras mentales en el deporte más importantes
Lo cierto es que identificar y abordar estas barreras mentales en el deporte puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso en una competición, entrenamiento o a lo largo de una carrera deportiva:
- Miedo al fracaso.
El miedo a no cumplir con las expectativas propias o ajenas puede paralizar a los atletas y afectar negativamente su rendimiento. En casos extremos, puede llevar a la evitación de situaciones competitivas, falta de asunción de riesgos y disminución del rendimiento debido a la ansiedad y la presión. No sería la primera ni la última vez que un deportista (de cualquier edad, pero principalmente jóvenes) abandonan una disciplina por este miedo.
Lo ideal pasará por establecer objetivos realistas y alcanzables, centrarse en el proceso en lugar de los resultados, y aprender a ver los fracasos como oportunidades de aprendizaje. Fácil de decir, pero difícil de llevar a cabo en ocasiones. - Falta de confianza en uno mismo.
Dudar de las propias habilidades y capacidades puede minar la confianza necesaria para competir eficazmente. Todo ello puede derivar en una menor motivación, inseguridad durante la competición y una tendencia a rendirse fácilmente ante la adversidad.
¿Y qué podemos hacer para solucionarlo? Se puede probar a practicar afirmaciones positivas, recordar logros pasados y recibir feedback constructivo. Todo esto estará enfocado a ayudar a construir y mantener la confianza. - Ansiedad competitiva:
Esta es la tercera de las barreras mentales en el deporte. La ansiedad previa a la competición puede manifestarse como nerviosismo, tensión muscular y preocupación excesiva. De hecho, la ansiedad puede interferir con la concentración, la coordinación y el control motor, disminuyendo el rendimiento.
Para evitarlo, habrá que promover y practicar técnicas de respiración y relajación, visualización positiva y preparación mental, todas ellas enfocadas a reducir la ansiedad y mejorar la concentración. - Falta de concentración.
La dificultad para mantener la atención en el momento presente y las distracciones pueden afectar la ejecución de habilidades deportivas. La falta de concentración puede llevar a errores, falta de sincronización y decisiones precipitadas durante la competencia.
Para evitarlo, bastará con practicar la atención plena (mindfulness), establecer rutinas pre-competitivas y utilizar técnicas de focalización pueden ayudar a mejorar la concentración. - Autocrítica excesiva.
Ser demasiado crítico consigo mismo después de los errores puede afectar la confianza y el rendimiento futuro. La autocrítica puede generar una mentalidad negativa, disminuir la autoestima y aumentar el estrés y la ansiedad.
¿Y qué se puede hacer cuando se nos presenta? Estamos ante una de las barreras mentales en el deporte más destructiva. Deberemos adoptar una mentalidad de crecimiento, enfocarse en el aprendizaje continuo y recibir apoyo emocional de entrenadores y compañeros de equipo. - Presión externa.
Las expectativas de entrenadores, familiares y compañeros de equipo pueden añadir una presión adicional sobre el atleta. La presión externa puede provocar estrés, ansiedad y una pérdida de disfrute en el deporte.
Para lidiar con ella, puedes establecer límites saludables, comunicar las propias necesidades y enfocarse en el disfrute del deporte en lugar de solo en los resultados. - Miedo a las lesiones.
El temor a sufrir una lesión o a agravar una lesión existente puede limitar la participación y el rendimiento. El miedo a las lesiones puede resultar en una actuación cautelosa, disminución de la agresividad competitiva y, en algunos casos, la evitación del deporte.
¿La solución? Trabajar con fisioterapeutas y entrenadores para una rehabilitación adecuada, reforzar la técnica y la seguridad, y emplear estrategias de visualización para superar el miedo.
Para cerrar, nuestra opinión es clara. Los atletas pueden beneficiarse de trabajar con psicólogos deportivos y entrenadores para desarrollar estrategias que fortalezcan su salud mental y mejoren su rendimiento en el deporte.
Comments are closed.